Nuria Moreno
Fisioterapeuta y Acupunturista
Nuria Moreno
Fisioterapeuta y Acupunturista
Recuerdo perfectamente el día en el que decidí estudiar fisioterapia. Tenía 10 años, y fui a visitar a mi tía en su trabajo. Por aquel entonces, la fisioterapia no estaba tan reconocida como ahora. De hecho, ella perteneció a una de las primeras generaciones de fisioterapeutas que integraron desde Reino Unido los conocimientos en técnicas de fisioterapia neurológica.
Yo miraba atentamente a un chico de unos 30 años que, agarrado a unas paralelas, caminaba con cierta dificultad. En ese momento, mi tía me susurró al oído:
“Este chico tuvo un grave accidente de tráfico, y los médicos dijeron que, probablemente, no podría volver a andar. Que, posiblemente, sólo podría mover los brazos torpemente. Lo que está haciendo ahora, lo ha conseguido después de un año viniendo a fisioterapia.”
Fue entonces cuando entendí que vendar a los peluches sólo había sido un atisbo de lo que realmente me apasionaba, confundido por el desconocimiento propio de una cría de 5 años que, con esa manía de “los mayores” de preguntar “¿qué quieres ser de mayor?”, siempre respondía: veterinaria. “No, yo lo que quiero es ser fisioterapeuta”, pensé.
Y, como buena apasionada y cabezota que soy, me gradué en Madrid en el año 2011. Desde entonces no he dejado de estudiar. Al principio me especialicé en técnicas con las que poder tratar y ayudar a los pacientes. Nada más terminar la carrera comencé a trabajar al mismo tiempo que estudiaba el máster de Medicina Tradicional China. Se me abrió un inmenso campo en el que seguir desarrollándome, y combinaba cursos relacionados con la fisioterapia a la vez que me sumergía en el mundo de las terapias alternativas.
Algunos de los cursos que más disfruté fueron el de Kinesiología Holística y Aplicación de terapias alternativas y suplementación en patología psicoemocional, aunque mi favorito hasta el momento ha sido el de EnA (electroneuroacupuntura). En este último culminó la unión de lo tradicional (Medicina Tradicional China) con lo moderno (Neuromodulación). Es entonces cuando se evidencia que todas las terapias hablan de lo mismo, aunque con diferente lenguaje (fruto de los miles de años que separan el desarrollo de ambas técnicas).
Sin embargo, cuanto más desarrollo mi trabajo, más tengo en cuenta un importante dato de esa primera anécdota: el paciente que consiguió caminar tuvo que esforzarse mucho para llegar hasta allí. Él mismo, no sólo su fisioterapeuta. Eso me planteó la siguiente pregunta: ¿Qué puede el paciente hacer por sí mismo?
Así fue como empecé a formarme de manera autodidacta en ejercicios terapéuticos, desarrollando una modalidad que me gusta llamar Fisioterapia Activa, influenciada por el yoga, el pilates o el fitness (entre otros). Actualmente estoy estudiando el máster en PNI (psiconeuroinmunología), donde aprendo sobre hábitos saludables que persiguen el óptimo funcionamiento del sistema inmune de cada persona.